Hedist

MUJER CON ARMADURA     Preciso llevar armadura: nací despellejada y el más mínimo roce de la vida me es tremendo. Pequeñas alegrías me elevan a la máxima felicidad, pequeñas desgracias me entristecen sobremanera, pequeñas impertinencias me llevan al borde de la impaciencia, y el mundo es todo placer y agonía para mí. Ahora nos toca ser guerreros a todos en la comarca de la tiranía, y desde hace tiempo ando yo acorazada. Mi armadura ¿será buena? ¿será mala? No lo sé. Y eso poco importa cuando la existencia se ha convertido en una cruzada. Mi armadura es útil

Yo, Hectórida sola, sin mis dos Héctor sin mi padre que se fue huyendo sin mi abuelo que murió adentro de la neodictadura. Heclist Blanco

Layla                                            I     Layla se encontraba en la habitación compartida con su hermano Eric, tratando de escribir un cuento para la clase de literatura cuando de repente fijó su atención en la biblioteca al observar el hueco de un libro faltante. «Claro, la novela de Agatha que le presté: ¡ya me había asustado!» pensó. Era demasiado celosa de sus libros. Sin embargo, el temor no cesaba: «¿Y dónde tendrá el libro? Ése que es más descuidado… el último que le di (Drácula ¿no?) me lo devolvió con la tapa doblada&

Mi roto corazón se resquebraja con cada herida de cada infamia cada injusticia del hombre hacia el hombre de humanos sin alma.

Todo el dolor que vemos ahora es conmoción               pulsaciones desespero de expulsión trabajo de parto de nuestra nueva nación. No hay parto sin dolor lacerante, inmenso, sabido y necesario (el dolor indica cuán vivos estamos) y al final, feliz resultado: viene al mundo una nueva vida, la patria que deseamos. Heclist Blanco

Empecé a dejar de juzgar a la gente cuando comprendí que cada quien tiene una historia personal tras de sí donde no todo es lo que parece. Hay criminales que no quisieron serlo. Algún ladrón no tuvo más remedio ni toda autoridad se gana el respeto. Muchos malvados no nacieron, se hicieron.   Padres se vuelven amenaza de los hijos que al mundo trajeron. Extraños más amables que la propia sangre, y amigos que merecen de un hermano el privilegio. Mi paso por la vida me ha enseñado a descifrar los seres, los rostros, las cosas que el mundo rechaza a la primera oportunidad pues, la verdad es